Aceptar como puede afectar una herida del pasado, en nosotras mismas y en la relación con los demás. Es reconocer que se tiene que sanar internamente -el alma- ¿Te has preguntado por qué?
¿Por que me siento triste?
¿Por qué me enfado tan rápido?
¿Por qué me ofendo tan luego?
¿Por qué me pongo en defensiva?
¿Por qué tengo inseguridad?
¿Por qué tengo depresión_
¿Por qué no alcanzo lo que deseo?
Algunas veces cargamos esa mochila con heridas sufridas desde la infancia, la adolescencia esto no significa que no tengamos heridas en la edad adulta pueda ser que sea esta la etapa donde más nos han herido, sin querer reaccionemos mal, por qué no nos pertenecen lo que provoca un mal estado emocional, el cual es un mecanismo de defensa para guardar eso que se esconde en el interior y que el alma clama por salir y aliviar ese dolor, para poder crecer.
Reconocer quienes somos, dejar creencias y valorar cualidades humanas es un proceso transformador apasionado, llave de libertad, madurez y valentía, no se puede olvidar que debemos mantener confianza en lo sobrenatural que marca el camino de nuestra existencia para tener las riendas de nuestra vida que permitan triunfo y felicidad.